Nunca lo había pensado de esa forma. Y es particular que después de tanto tiempo lo recuerde tan claramente. Sin pronunciar tu nombre, veo entre las hojas de un libro antiguo un dibujo que me hiciste a los 18. Gran idea. Y ahora no puedo para de recordar. Mi mamá dice que existen cosas que uno no puede dejar de olvidar, por más que se esfuerce y por más tiempo que pase. Mi abuelo dice lo mismo, y él si que debe tener recuerdos. Sin duda tú, fuiste mi primer amor.
Te he visto un par de veces y me has dicho que no eres feliz. Hoy me pregunto si conmigo lo serías. Ha pasado mucha agua bajo el puente, pero estoy seguro que aún no me puedes olvidar. Yo tampoco.
¿Recuerdas cuando pasábamos tardes de verano completas, tratando de hacerlas especiales, intentando enamorarnos cada vez más? Ahora me pregunto si valía la pena tanto esfuerzo. Cuando pasaba el tiempo sin tí, buscaba sorpresas para enamorarte, lo recuerdo bien: le preguntaba a mis hermanas, a mi mamá, a tus amigas, quería conocerte y asombrarte. Pero bueno la vida es así ¿no? Tardes enteras solos, mirándonos como presa, entibiando cada roce, cada movimiento, que en un abrir y cerrar de ojos se trasformaban en un “tranquilo, tenemos tiempo”. Tiempo de ser inocentes. Haciendo planes, cuando el matrimonio era conversación necesaria y entretenida y que ahora evadimos con otras personas. Ha pasado tiempo ¿no? Cómo nos cambia la vida. Nunca me he enamorado con tanta inocencia. Sin miedo, con tiempo, sin apuro, sin inseguridad. Dando por hecho que nunca más me sentiría solo.

Sin buscarte, te encontré, porque no sabía lo que hallaría. Un recuerdo perturbante a veces, pero hermoso siempre. La primera vez que me enamoré fue de ti y lo agradezco. Te inventé palabras y poemas para expresarte todo lo que tenia adentro, como un grito desesperado porque te quedaras conmigo siempre. Y así fue. Porque algo de eso aún se queda conmigo. Un primer beso y un abrazo asfixiante.
Y con eso hemos crecido. Y nuevamente te vuelvo a ver. No eres la de siempre. Tienes una mirada desesperada. Te sientes sola y te aferras a todo lo que antes no necesitabas. Porque lo tenías. Aún siento celos. Preguntas sin contestar y respuestas espontáneas, estamos desesperados por querer como queríamos antes. Pero no es así, y nunca podrá ser. Eres mi primer amor, y así lo serás siempre, aunque no quiera que lo seas. Quizás siempre te he esperado. Hasta ahora no lo sabía.
Un libro viejo, y los años que nos han cambiado, suman al recuerdo del que sentirás ahora. Un círculo que no tiene fin, con un final que no termina, porque volvemos a caer en lo mismo. No me siento triste, sólo añoro los días en que esperaba como niño el minuto de verte. Donde de verdad me importaba no saber de ti, cuando me sentía confiado, cuando no estaba aterrado de vivir. Ahora sé que pase lo que pase siempre estarás conmigo, porque vives conmigo siempre. Por que serás por siempre, la primera persona a la que ame. Y sin quererlo, nuevamente el amor nos va a separar.
Categories:
Alejandro Gómez M.
Me pasaron muchas cosas al leer tu relato, es algo mágico, imposible no solidarizar con tigo, el primer amor guauuuu…, es especial inolvidable, completamente distinto a todo aquello que uno vive cuando supuestamente eres maduro, pero me pregunto tenemos alguna fecha o limite para dejar de ser niños, bueno quizás es lo que uno añora, seguir siendo niño y vivir la magia de creer, de tener la inocencia para amar de tal manera que tu corazon queda marcado para toda la vida.
Todos tenemos esos sentimientos encontrados, de pensar que hubiera pasado si todavía estuviera con ese primer y gran amor.